Descripción

Solo dos dioses serán parte de cada sesión de juego. Saca al azar dos cartas de dios y colócalas junto al tablero para que todos los jugadores puedan ver sus poderes. Al final de la preparación inicial, baraja las fichas de Ragnarök que no están en el tablero o en el Registro de Edad y saca dos de ellas. Mira los nombres de las dos provincias que aparecen en las fichas y coloca una figura de dios en cada una de ellas (estas fichas de Ragnarök se dejan a un lado).

La habilidad de cada dios siempre está en efecto, modificando las reglas de la provincia en la que se encuentra. El resto de provincias no se ven afectadas. Después de que un jugador intente saquear una provincia que contenga una figura de dios, tenga éxito en el saqueo o no, debe mover al dios a una provincia diferente que no haya sido saqueada y que no contenga una figura de dios. Por lo tanto, los dos dioses nunca pueden ocupar la misma provincia y nunca van a una provincia saqueada o destruida.

Al comienzo de la 2.ª y 3.ª Edad, los dos dioses se colocan nuevamente en provincias aleatorias, determinadas extrayendo 2 fichas de Ragnarök sin usar.

La combinación de los dos dioses utilizados en cada partida crea una textura única para esa sesión. Afectan a las elecciones de reclutamiento e influyen en el flujo de las batallas. ¿Intentarás beneficiarte del poder de un dios una y otra vez moviéndolo a donde quieras y saqueando siempre su provincia? ¿O harás todo lo posible por neutralizarlo saqueando su provincia? Quizás quieras intentar un saqueo inútil en su provincia solo para moverlo a otra provincia donde obstaculizará los planes de otro jugador. Añaden una capa completamente nueva al juego, sin agregar casi ninguna complejidad a las reglas.

Cada miniatura viene con una carta de Dios del tamaño del tarot.